En este libro el autor narra la historia personal de un anciano que trabaja como columnista en el Diario de la Paz, en donde se encarga de traducir a la lengua indígena las noticias del mundo, él acaba de cumplir sus 90 años de vida y para lo cual se decide hacerse un pequeño regalo, regalarse una noche de amor loco con una adolescente virgen, y en ese momento se acuerda de una vieja conocida, ella era Rosa Cabargas, quien era la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía alguna nueva novedad disponible. Así que decide llamarla y hacerle su petición, conseguirle a su joven chica para cumplir su noche de amor loco, para lo cual la señora le dice que se desaparece por más de 20 años y que solo vuelve para pedir imposibles, y le ofrece una docena de opciones, pero el anciano insiste en su petición, así que la señora le pregunta que es lo que pretende probarse, pero el anciano le contesta sabiamente, así pues, doña Rosa accede a la petición, pero no le promete nada.

El anciano comienza a hablar de su vida, de sus padres y de cómo llego a ser columnista del Diario de la paz, en donde ha trabajaba desde hace más de cuarenta años, siendo inflador de cables, lo cual consistía en traducir las noticias del mundo a lengua indígena. En donde por meses estuvo planeando su nota de aniversario lo cual no quería que fuera un lamento de los años que había pasado, sino al contrario, una glorificación a la vejez.

Comenzó a hablar acerca de algunas anécdotas que tuvo con algunas personas y de sus registros que comenzó a tomar a la edad de 20 años del nombre, edad y algunos recordatorios acerca de las mujeres con las cuales había estado, pero con ninguna tuvo algún sentimiento o relación extraña que lo hiciera formar algo más que eso, y lo único más parecido a una relación fue lo que paso con Damiana, una joven con la cual tuvo una relación de acompañamiento. El anciano narra que, en su juventud, aunque está loco por tener a mujeres para pasar el rato, nunca tuvo muchos amigos, no salía a las parrandas ni mucho menos a divertirse con amigos, estaba solo, sin nadie a quien acudir, y nunca se casó. Desde su jubilación no tenía mucho que hacer más que entregar su nota al Diario los viernes por la tarde, salir a conciertos en Bellas Artes, exposiciones de pintura entre otras cosas, y apenas se sustentaba con lo poco que le pagaban de su jubilación

Un día mientras dormía, sonó el teléfono, era doña Rosa devolviéndole la llamada y diciéndole que suerte tenia, que ya había encontrado lo que le encomendó buscar, pero que solo había un detalle, la niña apenas era de unos 14 años, a la cual esa misma noche conocerá. El anciano procede a prepararse con entusiasmo y emoción pero a la vez con miedo, miedo a ser rechazado por la niña, pero aun así se decide a ir con mucho ímpetu. La señora Rosa le da las instrucciones para que llegue al lugar donde se encontrara con la niña, llega al lugar y la señora le cuenta algunas cosas sobre la niña y le comenta que le había dado de tomar para que se durmiera por lo cansada que estaba de su trabajo. Así fue cuando el anciano llego al cuarto y vio a la niña, dormida, desnuda y desamparada en la cama a la cual después de unos días decide llamarla Delgadina, no se atrevió a despertarla, así que la contemplo por un buen rato, se acomodó, se recostó junto a ella y procedió a acariciarla, le hablo al oído y le canto, hasta perderse en la noche, en la madrugada despertó y procedió a retirarse, sin poder creer que no haya pasado nada con aquella encantadora joven, y así prosiguió durante varios días, semanas, asistiendo al mismo lugar para verse con la joven que siempre permanecía dormida durante toda sus estancia en ese lugar, llevándole cada vez nuevas cosas para decorar y acondicionar el lugar, el anciano comenzó a tener un sentimiento muy extraño dentro de él, se estaba enamorando de la joven, y con lo cual se inspiraba para poder redactar sus notas para el Diario de la Paz, en donde tuvieron un impacto increíble en los lectores, llegando a formar parte de las primeras planas del Diario y también en la radio en donde se recibían una gran cantidad de cartas de felicitaciones sobre las notas escritas por ese loco enamorado.

Todo iba bien, hasta que una noche mientras estaba con la joven en su cuarto, llega la señora Rosa a pedirle ayuda para sacar el cuerpo de un hombre al cual habían asesinado en el lugar, todo a partir de allí se tornó de forma misteriosa y problemática, ya que durante varios días no contesto ninguna de las llamadas que le realizó el anciano para poder ver a la joven, pero fue en vano, así que decidió ir a ver al lugar a ver qué pasaba y cuál fue su sorpresa que encontró todo el lugar acordonado y cerrado con lo cual el anciano inicia la búsqueda de la joven a como diera lugar, estando al pendiente de todas aquellas pistas que pudieran llevarlo al paradero de la joven Delgadina, pero fue inútil.

Pasado algún tiempo la señora Rosa Cabarcas se comunica con el dando la explicación de su ausencia por tanto tiempo, se había ido de vacaciones a Cartagena de Indias, el anciano no le creyó e insistió en saber la verdad pero fue inútil, así que le pregunto por Delgadina pero la señora no sabía nada de ella desde aquella noche trágica, mas sin embargo días después lo llama diciéndole que ha localizado a la joven y que lo esperan en el lugar de siempre a la misma hora, a lo que el entusiasmo asiste y ocurre algo inesperado. Encuentra a la joven dormida en la cama tan distinta y radiante que casi no la reconoció, la encontró muy bien maquillada, perfumada y muy bien arreglada, con artículos de oro y esmeraldas, con collar de perlas y todas aquellas cosas que la hacían ver como una persona mayor, con lo cual el anciano adelantándose a todo lo demás la tacha de ser una “mujer de la vida galante”, grito, y furioso comienza a reventar  con las paredes del cuarto, las lámparas, la radio, en fin todas las cosas del cuarto, en ese momento llega doña Rosa a ver qué pasaba y la discusión sube de tono y el anciano enfurecido abandona el lugar.

El anciano comienza a crearse una historia en su cabeza acerca de lo que pudo haber pasado aquella noche y que su joven amor ya no era virgen, lo cual lo enfurecía. Una tarde se encuentra con un viejo amor con la cual paso muchos años en sus locas noches a la cual le cuenta todo lo que ha pasado desde aquella noche que hizo l llamada a la señora Rosa hasta el día de sus destrozos en aquel lugar donde veía a la joven, platica con ella y lo hace reflexionar como nunca nadie lo había hecho, haciéndolo ver su error que cometió aquella noche, así que decide remédialo y vuelve a llamar a doña Rosa para tratar de resolver el problema, vendiendo parte de sus cosas de valor que aun poseía para poder pagar los destrozos de aquella noche pero no funciono del todo, además la señora había perdido contacto con la joven y no sabía la manera d contactarla, mucho menos saber en dónde vivía, el anciano había perdido todo de un solo jalón, perdió a Delgadina y a Rosa Cabarcas. Pero a los dos o tres días de haber hecho semejante acto para resolver el asunto, doña Rosa Cabarcas lo llama diciéndole que había encontrado a la joven, esa misma noche la vería, llegando al lugar se recostó boca arriba a un lado de Delgadina, lanzo un suspiro y espero el dolor final del primer instante de sus noventa y un años y enseguida las campanas de gloria, los cohetes de fiesta que celebraban el júbilo de haber sobrevivido sano y salvo a sus noventa años. La historia termina cuando por fin Delgadina vive con el anciano hasta el transcurso de sus cien años.

No cabe duda de que Memoria de mis Putas Tristes es una reflexión a la vejez, y a los prejuicios que las personas tienen acerca de otras personas solo por la forma en que se pueden vestir. Esta historia nos muestra que nunca es tarde para lograr aquello que a lo mejor en toda nuestra vida no pudimos tener, recuperar la esperanza de lograr todo aquello que queramos hacer o tener. Tal vez algunos de nosotros aunque jóvenes no os hemos dado a la tarea de disfrutar todas las grandes cosas que la vida nos pone en el camino y no hemos podido apreciar todas aquellas que en poca o gran medida pudieron ser de mucha influencia en nuestra vida. Nos hace reflexionar también que tal vez la vida nos dé una lección tarde o temprano, sin importar la edad o cualquier otra condición. Y que la vejez no es final, sino una reflexión de vida.

SQA

¿Qué sé?

Sé que el autor narra la historia de un anciano que cumple 90 años de edad y que narra la historia de una situación amorosa que le sucede con una linda joven que recién acaba de conocer.

¿Qué aprendí?

Aprendí que precisamente la historia narra la etapa de vida de un anciano que acaba de cumplir los 90 años y que encuentra el amor en el final de su vida, cuando la única aventura que le quedaba era la muerte. Esta es la historia de una relación de amor y obsesión entre un anciano redactor de columnas y una niña de clase obrera, quien vende su virginidad para ayudar a su familia. Además de que no debemos de juzgar a nadie solo por la forma en que viste o en que trabaja, no sabemos la historia que puede guardar en su interior y lo que puede representar en nuestra vida. Aprendí también que la vejez es una reflexión de nuestra vida de lo que hemos vivido y que la vejez no es solo esperar la muerte, sino que es tiempo de reflexión y poder hacer todavía muchas cosas.

¿Qué quiero aprender?

Lo que quiero aprender son más historias como estas, en donde el autor capte por completo la atención del lector y lo sumerja en un mundo de fantasía o tal vez en una realidad en donde se pueda imaginar la historia de tal forma que se sienta lo más real posible. Lo debo de confesar, no saber mucho de autores de este tipo hace un poco difícil el camino para poder encontrar lecturas de este tipo.

NUBE DE PALABRAS


REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

Memoria de mis putas tristes en pdf»,  Gabriel García Márquez
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/put_tris.pdf

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